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La vitamina D fue descubierta por el profesor en farmacología Edward Mellanby en el año 1921 cuando investigaba la causa del raquitismo.  Es un compuesto esteroideo que acompaña al resto de las vitaminas liposolubles, como las vitaminas A, E y K. En Web de Salud queremos hablarte sobre esta vitamina.

Las dos formas principales son el ergocalciferol, encontrado en plantas, levaduras y hongos, conocida como vitamina D2 y el colecalciferol o vitamina D3,sintetizada en la piel del ser humano y de otros animales. Ambas se producen por irradiación UV de sus correspondientes precursores, siendo la más importante y estudiada la D3.

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¿Cómo se activa la vitamina D?

Al incidir los rayos ultravioleta en la piel, el esteroide 7-dehidrocolesterol se convierte a colecalciferol o vitamina D3, una prohormona inactiva. Para su activación se requiere incorporar a la molécula dos grupos hidroxilos.

En el hígado se forma el 25-hidroxicolecalciferol o calcidiol ,y en el riñón la hidroxilación ocurre en dos posiciones para formar el 1, 25 dihidroxixolecalciferol o calcitriol. Estas se consideran las formas activas en que la vitamina D ejerce todas sus funciones.

¿Para qué nos sirve la vitamina D?

Una de las más reconocidas funciones de esta vitamina es su rol en la regulación del calcio y fósforo en el suero, necesarios para el desarrollo de huesos y dientes sanos y para procesos fisiológicos en los que intervienen, como neuronales o cardiacos.

En conjunto con la hormona paratiroidea y calcitonina, la vitamina D regula la absorción de calcio y fósforo en el intestino, su reabsorción en el riñón, el transporte al feto, su y su unión a la estructura proteica del hueso, entre otras funciones. También influye en la regulación inmune, en la función pancreática, muscular, en la piel y desarrollo cerebral.

¿De dónde obtenemos la vitamina D?

Alimentos con vitamina D

Son pocos los alimentos que contienen vitamina D. Sin embargo, el aceite de hígado de bacalao destaca en su aporte con 10000 UI/100 ml. Los pescados azules como sardinas frescas, arenque, bonito, caballa y atún oscilan entre 280 a 1000 UI/100 g. Las conservas de atún y sardinas aportan entre 220 -330 UI/100 g. El langostino contiene 720 UI/100 g.

El hígado de pollo o ternera también aportan cantidades moderadas de esta vitamina.Por lo tanto, es altamente recomendable que incluyas los productos del mar a tu dieta. Es preferible que los ingieras a la plancha o asados. En cuanto al hígado, hay varias formas de prepararlos. Consúmelo como prefieras, aunque en guiso y encebollado es muy popular.

Otros alimentos como leche, mantequilla y quesos contienen no más de 40 UI/100 g, aunque el queso manchego puede alcanzar valores de 80 UI/100 g. Los hongos contienen cantidades interesantes de vitamina D2,  pudiendo llegar a 2500 UI/100 g.

Este valor puede aumentar en los champiñones cuando le aplican rayos ultravioleta de manera artificial. La mayor parte de los alimentos son enriquecidos para evitar la deficiencia, tal es el caso de la leche, yogurt, margarina, cereales o pan, entre otros.

Rayos solares

Curiosamente, es la piel de nuestro cuerpo la principal fuente de vitamina D, convirtiéndose en el gran depósito corporal, con más del 95% de las reservas.  Los rayos solares inciden sobre ella y transforman los esteroides precursores hasta D3.

Una exposición de sol durante 5 a 15 minutos al día puede mantener las reservas en niveles adecuados de colecalciferol o D3. Cuando la exposición al sol excede este tiempo, la vitamina D3 se transforma a otros compuestos con poco efecto en la absorción del calcio y fósforo.

¿Qué cantidad de vitamina D debemos ingerir al día?

Mariela Varsavskya y su equipo de trabajo, en el artículo sobre recomendaciones de vitamina D para la población general, indicaron que el aporte dietético depende del grupo etario. La población entre 0 y 12 meses debe ingerir 400 UI al día. Desde 1 a 70 años de edad, 600 UI/día y más de 70 años, 800 UI/día.

¿Qué ocurre si no ingerimos la cantidad recomendada de vitamina D?

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Al no ingerir la cantidad adecuada de vitamina D, ocurre una desmineralización de los huesos, manifestándose en enfermedades como el raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.

El raquitismo se acompaña con deficiencia en el crecimiento óseo y de los dientes, deformidades óseas, cráneo blando y debilidad general. La osteomalacia, desencadena la osteoporosis y la consecuente fractura de cadera en ancianos.

¿Nos podemos intoxicar por un exceso en el consumo de vitamina D?

La respuesta es sí. Pero la causa se debe a un exceso en el consumo de suplementos como los multivitamínicos que se administran por encima de lo recomendado o bien por ingerirlo por un largo tiempo. Una exposición excesiva al sol o de alimentos fuente de vitamina D, no provoca intoxicaciones.

¿Cómo identificamos una intoxicación por vitamina D?

La primera sintomatología es la náusea y el vómito, acompañado de diarrea, dolor abdominal, poliuria, sed, trastornos mentales y dolor en los huesos. En el examen de sangre aparecen unos niveles muy altos de calcio conocido como hipercalcemia.

El calcio también se puede acumular en riñón con un deterioro de su función o una posible insuficiencia renal. En casos extremos se produce arritmia, coma y muerte del paciente más grave.

Vitamina D: una aliada en el tratamiento de otras enfermedades

Estudios in vivo e in vitro en pacientes con cáncer, demostraron que en algunos casos el calcitriol puede producir muerte de las células cancerosas. Aunque no es concluyente, el efecto se ha relacionado con la capacidad inmunomoduladora de esta vitamina. Pero no se recomienda el uso de suplementos para tratar o prevenir el cáncer.

El calcitriol también tiene efectos positivos sobre el sistema inmunitario, a través de un receptor de vitamina D o RVD presente en las células del sistema inmune como monocitos, macrofágos, linfocitos T y linfocitos B, entre otros.

A pesar de la posible relación de la vitamina D con la diabetes, la demencia, esclerosis y artritis reumatoide, los resultados no son concluyentes y por tanto no se recomienda su uso para prevenir o tratar estas patologías.