Te acaban de dar la buena noticia y desde entonces no haces más que escuchar a la gente decirte “¡Ale! Nueve meses sin comer jamón.” Un “consejillo” nutricional que no falla y siempre aparece cuando se hace el anuncio.
Con tanto comentario es normal que te intranquilice la nueva alimentación que deberás llevar a cabo a partir de ahora y hasta que nazca tu bebé. De hecho, una de las consultas más recurrentes entre las embarazadas es, precisamente, si pueden comer jamón durante el tiempo en el que están embarazadas.
Dependiendo de dónde lo consultes y a quién le preguntes, encontrarás respuestas diferentes e informaciones contradictorias, lo cual hace que muchas mujeres embarazadas se carguen aún más de dudas sobre este alimento y otros relacionados.
Por ello, en este artículo hemos recogido todas las respuestas, y su contextualización, para que tú misma saques tus propias conclusiones y tomes la mejor decisión al respecto.
¿Puedo comer jamón en el embarazo?
En junio de 2018, el Centro Tecnológico Agrolimentario (CICAP) publicó un estudio en el que se demostraba que, si el jamón ibérico tiene más de 24 meses de curación, cualquier mujer embarazada puede comerlo sin problemas, mientras que en el caso del jamón serrano, este debe contar al menos con 18 meses de curación para poder ser consumido por mujeres en gestación.
Por suerte, la ciencia avanza, y al igual que este, son varios los estudios científicos que destacan la importancia de la curación del jamón para la eliminación del parásito y para que se pueda comer jamón en el embarazo con total seguridad.
Existen numerosos estudios, como el llevado a cabo por Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que apuntan que comer jamón en el embarazo, con estas determinadas características y, siempre que haya pasado por una cadena de producción controlada por Sanidad, puede ser seguro para las embarazadas.
Para muchas mujeres, esto es una estupenda noticia, ya que hasta hace pocos años el jamón ibérico y serrano eran considerados un alimento prohibido en el embarazo, junto con los embutidos, por la posibilidad de provocar toxoplasmosis congénita (por el toxoplasma Godii), generando graves daños en los fetos e, incluso, la muerte.
Sin embargo, a partir de los 15 meses de maduración de los jamones, la toxoplasmosis pierde capacidad de acción, por lo que a partir de los 24 meses de curación, el parásito ya no sobrevive, siendo segura su ingesta durante el embarazo. Además, varias investigaciones dela Universidad de Granada han demostrado que el método de salado tradicional al que se someten los jamones para producirlos también asegura la eliminación de este parásito.
No obstante, este peligro de contagio se produciría siempre y cuando la mujer no haya tenido contacto con dicho parásito antes del embarazo, habiendo desarrollado los anticuerpos que protegerán al feto.
Y volviendo a la información anterior, haciendo hincapié en la cadena de producción controlada por Sanidad, el jamón que no podrán comer las embarazadas es aquel obtenido de las matanzas tradicionales y artesanales que mucha gente suele hacer en el pueblo. A pesar de que el cerdo haya pasado controles sanitarios, no todas las partes del animal son analizadas para comprobar la ausencia o no de toxoplasmosis.
Beneficios del jamón en el embarazo
Teniendo en cuenta los plazos de curación para comer jamón en el embarazo de forma completamente segura, cabe destacar los muchos beneficios que aporta este alimento en las mujeres en estado de gestación.
El jamón es un alimento cardiosaludable con muchos beneficios nutricionales para las mujeres en época de gestación. Los médicos apuntan que durante el embarazo se presentan una necesidades de minerales y vitaminas más elevadas. Por tanto, se necesitan alimentos ricos en estos nutrientes y, sobre todo, en vitaminas del complejo B de origen animal, que se pueden encontrar en el jamón ibérico, junto con el zinc, el hierro, el ácido fólico y las grasas saludables.
Con todo esto, las recomendaciones de muchos médicos y los expertos jamoneros Jamón Puro Bellota es la de congelarlo durante más de 48 horas a temperaturas por debajo de los -20 como método para eliminar y anular completamente los quiste de este parásito. No obstante, debemos tener en cuenta que la mayoría de los congeladores domésticos únicamente alcanzan hasta los -18 grados.
¿Y qué pasa con el resto de alimentos?
De acuerdo. El jamón con más de 24 meses de curación sí. Pero ¿qué pasa con otros alimentos crudos? En estos casos, los médicos son muy claros, debe evitarse el consumo de carnes crudas o poco hechas, al igual que los embutidos y los ahumados.
Además, algunos lácteos crudos suponen un riesgo de infección por listeria. Si bien es cierto que lo productos lácteos que se encuentran en las tiendas están pasteurizados y esterilizados, hay algunos producidos con leche cruda, como algunos quesos, que se deben evitar cuando se está embarazada.
No obstante, si eres una amante de los quesos, tranquila, no todos están prohibidos. Debes asegurarte de que los quesos que comas sean aquellos que estén elaborados con leche pasteurizada. Da igual la procedencia, si es de cabra, vaca u oveja, lo que importa es la pasteurización de la leche. De esta forma, algunos quesos que sí podrás comer estando embarazada son: el queso fresco y en crema con leche pasteurizada, la mozzarella, el provolone, el pecorino, el mascarpone, quesos semicurados de vaca, cabra, oveja y mezcla pasteurizados, queso emmental, gouda y edam. Eso sí, nunca debes comerte las cortezas de los quesos por la proliferación de bacterias y mohos.
Por último, debes saber que este tipo de quesos tienen muchas propiedades nutricionales. El queso es un alimento que aporta calcio y otros minerales y vitaminas muy importantes durante el embarazo. Aunque debes elegir aquellos que no aporten demasiado sodio y que tengan menos grasas.
Con todo, cuéntanos, ¿cómo haces tú para comer jamón en el embarazo? Muchas mujeres embarazadas están deseando conocer tu opinión. Háznoslo saber en los comentarios y comparte este artículo en tus redes sociales si te ha resultado interesante.