Una de las principales funciones de los glóbulos rojos es el transporte de oxígeno en la sangre y su liberación de los distintos tejidos del cuerpo. La anemia puede ser una revelación del padecimiento de una enfermedad hematológica o una manifestación secundaria a otras muchas enfermedades.
Existen ciertos tipos de de esta enfermedad que pueden ser de gravedad, de larga duración o que pueden ser mortales si no se diagnostican a tiempo y ni se tratan. En Web de Salud te explicaremos cuáles son los síntomas de la anemia, sus causas y sus tratamientos.
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Qué es la anemia
La anemia es una condición en la cual la cantidad de hemoglobina está disminuida en los glóbulos rojos, ellos son los encargados de transportar el oxígeno a los tejidos de tu organismo. La hemoglobina es rica en hierro que le dan a la sangre su característico color rojo, al tiempo que permite a los glóbulos rojos suministrar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo. Esta enfermedad es la caída de la masa eritrocitaria normal que es la que lleva el oxígeno a los tejidos.
Los glóbulos rojos se producen dentro de la médula ósea, que es un tejido blando y esponjoso que se halla dentro de los huesos más grandes de tu cuerpo. Una hormona llamada eritropoyetina le señala al organismo cuándo producir más glóbulos rojos, esta hormona es generada en los riñones. En consecuencia, el daño a la médula ósea o los riñones puede derivar en anemia.
Las mujeres tienden a padecer esta enfermedad más que los hombres. Esto se debe a que las mujeres en edades fértiles, por sus períodos, tienen más riesgo de presentar anemia ferropénica, un tipo que se origina por la pérdida de sangre o por la carencia de hierro.
Síntomas de la anemia
Esta enfermedad puede estar presente con o sin síntomas. La gran mayoría de los síntomas pueden provenir de otros problemas. La única forma de saber si tienes esta condición es haciéndose un examen de sangre. Si estás experimentando los siguientes síntomas es importante que acudas a un médico:
Mareos o pérdida de la concentración
Sentirse mareado o tener dificultad para concentrarse en tareas sencillas es una clara señal que tu cerebro no está recibiendo suficiente oxígeno.
Palidez cutánea
La palidez de la piel es ocasionada por la reducción del flujo sanguíneo o baja cantidad de hemoglobina en la sangre.
Dolor torácico
La anemia en la enfermedad renal crónica puede acrecentar su riesgo de problemas cardíacos debido a que el corazón tiene que esforzarse más para transportar la sangre en el cuerpo. Si experimentas latidos inusualmente rápidos, acude a tu médico para que te haga una revisión cardíaca.
Dificultad para respirar
Cabe la posibilidad que tu sangre no tenga la suficiente hemoglobina para suministrar oxígeno a los músculos de tu cuerpo, de esta manera aumenta el ritmo respiratorio, esto se debe a que tus pulmones están tratando de llevar más oxígeno a todo tu organismo.
Fatiga o debilidad
Es la pérdida de energía y disminución de la capacidad física.
Intolerancia al frío
Ser muy friolento o la sensibilidad al frío es una señal que no hay suficiente oxígeno en la sangre para ser llevado a tu cuerpo.
Causas de la anemia
Las principales causas son:
La pérdida de sangre (hemorragias)
Esta puede estar causada por la disminución de las plaquetas o de algún factor de coagulación. La pérdida de sangre hace que la persona pierda más hierro del que el cuerpo consume en las comidas.
Falta de producción de glóbulos rojos
Puede ser motivada por una enfermedad crónica o renal. Asimismo, por la falta de hierro, que es un nutriente presente en la carne y verduras de hojas verdes, sin hierro no puede generar suficiente hemoglobina, que es parte de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno.
Destrucción rápida de los glóbulos rojos
Puede estar relacionada con la esferocitosis hereditaria, enfermedad en la que los glóbulos rojos son muy débiles a un problema genético en una proteína de su estructura. Si la vida útil de un glóbulo rojo se reduce, es posible que la médula ósea no logre cubrir la demanda de nuevos glóbulos rojos causando anemia
Tratamiento de quimioterapia
La quimioterapia le hace mucho daño a la médula ósea. No obstante, esto es temporal y la anemia suele mejorar en pocos meses luego de finalizar este tratamiento. Si a la quimioterapia se le suma fármacos de platino puede deteriorar los riñones.
Tratamiento de radioterapia
Al igual que la quimioterapia, la radioterapia deteriora la médula ósea haciendo que esta no produzca glóbulos rojos. La radioterapia en áreas extensas del cuerpo, en los huesos de la pelvis, las piernas, el tórax o el abdomen, perjudican la producción de glóbulos rojos.
Algunos tipos de cáncer
Leucemia, linfoma y el mieloma múltiple pueden deteriorar la médula ósea. Igualmente, los tipos de cáncer que se extienden a los huesos o a la misma médula ósea pueden desplazar los glóbulos rojos normales.
Factor hereditario
El factor hereditario también puede contribuir a sufrir esta enfermedad, sobre todo para tipos como la talasemia, que es cuando el organismo produce una cantidad anormal de hemoglobina, o la anemia drepanocítica, que es cuando los glóbulos rojos tienen forma semicircular en vez de disco, como es normalmente.
Trastorno en la maduración de glóbulos rojos
Esto ocurre en las anemias relacionadas con la falta de vitamina B12, así como en otros trastornos hematológicos como las refractarias.
Posibles tratamientos para la anemia
Esta enfermedad puede haberse generado por diferentes enfermedades, primero es importante llegar a un diagnóstico antes de recomendar un tratamiento. En algunos casos en que la enfermedad sea agresiva y que pueda poner en riesgo la vida de un paciente será necesario transfundir sangre de concentrados de hematíes provenientes de donaciones.
En los demás casos, no hay que establecer un tratamiento hasta no saber la causa del mismo. Las anemias por falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico se tratarán por medio del aporte de estos principios, sea en pastillas, cápsulas, grageas o jarabe. Por otro lado, en las secundarias las enfermedades inflamatorias crónicas mejoran con un tratamiento de la enfermedad que lo causa.
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