sindrome del turista

Imagina que tienes por delante bastantes horas de avión hasta llegar a un destino soñado al otro lado del mundo. Solo con pensar en esos días de relax se te olvida el tiempo que permanecerás sentado en esos, a veces, incómodos asientos, e incluso, puedes no considerar que estás expuesto a sufrir el síndrome de la clase turista.

Esto se refiere a las complicaciones vasculares que se relacionan con la inmovilización obligada a la que se ve sometido el pasajero de un avión (aunque también puede suceder en largos viajes terrestres).

Estos largos períodos de tiempo en los que el cuerpo (sobre todo la parte inferior) permanece inmóvil compromete el retorno de la sangre que circula por los miembros inferiores.

El factor determinante está en el reducido espacio físico que suele encontrarse en el diseño de los asientos de los aviones de la clase económica o turista. Sin embargo, mientras el viaje sea largo y la actividad física no sea fluida, este síndrome puede ocurrir en otros medios de transporte.

Lo que sí puede pasar es que en un tren, por ejemplo, es más fácil moverse o estar de pie si llegas a notar que tienes alguna molestia en las extremidades inferiores. Además de que no se incluye el factor de la presión atmosférica y descenso del oxígeno que ocurren cuando se está viajando en avión.

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Síndrome de la clase turista: Historia

Simpson, K. describió casos de embolia pulmonar en sujetos que vivieron en refugios antiaéreos durante mucho tiempo en el transcurso de la Batalla de Gran Bretaña, donde la libre movilidad era casi nula.

El término síndrome de la clase económica fue descrito por primera vez por Symington y Stack en 1977 para describir el problema del retorno venoso en los pasajeros que vuelan en avión, ya que el espacio y el movimiento de los miembros inferiores en los asientos están restringidos.

Señales a las que debes estar atento

Lo primero que vas a notar durante el desarrollo del síndrome de la clase turista es que la pierna puede estar más hinchada de lo habitual. Además, puede sentir dolor y ver enrojecimiento en el área.

Estas señales del síndrome pueden resultar preocupantes si pasados unos días o semanas desde el viaje no se han remitido. En este caso es necesario acudir cuanto antes al médico. No obstante, también es necesario tener en cuenta algunos factores que pueden predisponer a sufrir del síndrome de la clase turista.

Por ejemplo, si tuviste alguna cirugía ortopédica (prótesis de cadera, rodilla), cirugía abdominal (tumoral, etc.), tu edad,  si estás embarazada (por el mismo asunto de la presión y la poca circulación), si sufres de alguna enfermedad cardiovascular o respiratoria crónica.

La diabetes así como los factores genéticos también son factores que influyen en el desarrollo del síndrome de la clase turista, y también se le suman los tratamientos anticonceptivos, fundamentalmente aquellos que contienen estrógenos.

Tener obesidad o varices también puede afectar durante los largos viajes en avión, así como el estilo de vida que llevas, en este caso, si se es fumador o se consume habitualmente alcohol puede predisponer a padecer el síndrome de la clase turista.

De la misma forma, los cuidados no deben provenir únicamente de ti, sino que también la compañía aérea debe tomar algunas medidas, tales como ofrecer información clara al pasajero, realizar un buen diseño de los asientos y proveer espacio suficiente entre asientos.

A su vez, deben permitir la libertad de movimientos en fases no críticas del vuelo, controlar el consumo de bebidas alcohólicas por parte del pasajero, no consentir el consumo de tabaco en la cabina y mostrar preocupación por aquellos pasajeros que  tengan antecedentes vasculares, ofreciéndole ofertas o algunos beneficios especiales.

Si es muy probable que puedas padecer el síndrome de la clase turista, lo mejor es que consultes a tu médico por si es necesario recetar algún medicamento para evitarlo.

Aquí en Web de Salud te mostramos algunos consejos que te ayudarán a evitar desarrollar el síndrome de la clase turista durante tus viajes de larga duración.

Consejos para evitar el síndroma

Comienza eligiendo

Una de las principales recomendaciones es elegir el asiento más cercano al pasillo para que te puedas mover fácilmente si es posible. Evita doblar demasiado las piernas, que se queden colgadas o cruzarlas. Si se realizan escalas, en lugar de volverte a sentar lo mejor es pasear para poner en marcha la circulación.

Flexiones de pies

Para evitar el síndrome de la clase turista se recomienda hacer flexiones de pies, es fácil hacerlo mientras dura el viaje. Tan solo debes apoyar el talón en el suelo y levantar la punta hacia arriba. Repite el ejercicio varias veces.

Rodillas arriba

Sin levantarte del asiento, sube las piernas a media altura con la rodilla flexionada. Luego baja la pierna, relaja el músculo y repite el ejercicio con la otra pierna. Realiza varias repeticiones.

Realiza masajes

Otra forma de evitar el síndrome de la clase turista en el avión es mediante la realización de masajes. Si no viajas con alguien de confianza que te los pueda hacer, entonces hazlos por ti mismo.

Basta con hacer un suave masaje ascendente con las manos por toda la pierna. Ve desde los tobillos hacia las rodillas. Con ello estimulamos la circulación de toda la zona y las piernas te dolerán menos.

Estiramientos en el viaje

Antes, durante y después del viaje realiza estiramientos, bien sea de brazos como de piernas. Estira las piernas con frecuencia. Si viajas en coche, detente cada 2 o 3 horas y camina durante un rato. Evita quedarte dormido con las piernas en flexión forzada y cruzar las piernas mientras permaneces sentado.

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Levántate cada dos horas

Realiza paseos por el pasillo del avión o del tren siempre que sea posible. Es importante que te levantes y estires las piernas. Camina un poco y luego vuelve a tu asiento, de esta forma puedes relajarte, evitar el síndrome de la clase turista y el viaje puede ser incluso más llevadero.

La hidratación es importante

Hidratarse es fundamental para no sufrir el síndrome de la clase turista, así que puedes prevenir la deshidratación bebiendo mucho líquido, principalmente agua, esto hace que te sientas mejor y que la circulación siga su curso.

Evita el consumo de sedantes y alcohol, ya que estos perjudican la movilidad al provocar somnolencia o inducir el sueño. Reduce también la ingesta de café, al igual que algunos fármacos que pueden favorecer la aparición de trombos.

La ropa debe ser holgada

Evita especialmente los pantalones ajustados porque comprimen las venas y dificultan que la sangre circule además de hacer que la formación de los coágulos sea más fácil. Lo mejor es utilizar ropa cómoda y flexible a la hora de viajar.

Medias de compresión

El médico también puede aconsejar utilizar medias de compresión cuando se tiene antecedentes personales de mala circulación y se deberán llevar hasta las rodillas para evitar la acumulación de líquido.

La mayoría de las medidas que se recomiendan a quienes tienen más riesgo de sufrir el síndrome de la clase turista, también pueden funcionar para la población general, ya que contribuyen al aumento del bienestar durante los viajes largos.

Si a pesar de tomar precauciones, experimenta dolor en la pantorrilla o en el muslo, hematomas, hinchazón, aumento de la temperatura de la piel o síntomas generales de fiebre, dolor en el pecho, pulso acelerado, ansiedad o dificultad para respirar durante el viaje, acude a un especialista.

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